Herederos

Uno de los muchos regalos que se te han dado como hijo de Dios y heredero(s) de Dios es la promesa de Su paz, amor y misericordia. Ya no eres esclavo del pecado y el temor. Jesucristo dio su vida para que pudieras recibir el don de la salvación y te concedió el privilegio de tener una relación personal con el Padre. La Biblia nos dice que el testimonio del Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu de que somos “hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:16-17). Los sufrimientos presentes no se pueden comparar con la gloria que se nos ha de revelar. Por eso queremos que sepas que a través de cada prueba, lucha, crisis financiera o proceso difícil que enfrentes, debes saber que Dios está ahí como el Padre amoroso y cariñoso que es. Él te entiende y te conoce y escucha cada oración.

La palabra de Dios afirma que como hijos e hijas, tenéis una herencia que no perece, ni se deteriora, ni se marchita… que está reservada en los cielos para vosotros (1 Pedro 1:4). No hay posesión material aquí en la Tierra que se pueda comparar con lo que Dios tiene preparado para vosotros en el cielo.

Debes aferrarte a la promesa de que un día no habrá más sufrimiento, ni más dolor, y que Él enjugará toda lágrima (Apocalipsis 1:4). Por lo tanto, encuentra consuelo y paz en la palabra de Dios sabiendo que eres espiritualmente bendecido y heredero de las promesas de Dios.

Declarar tu identidad como hijo de Dios con la sudadera Herederos del Reino.